El día de San Fermín, el 7 de Julio del 2023, tuvo lugar en la iglesia parroquial de Armenteira, la profesión solemne de nuestra hermana María Ángeles Osés Goñi. Estuvimos acompañadas por nuestros hermanos cistercienses de Sobrado y Oseira y por nuestras hermanas benedictinas de Trasmañó y San Pelayo de Santiago de Compostela; la familia de María Ángeles, amigos/as de la comunidad y vecinos de Armenteira.

En una celebración gozosa, la nueva profesa emitió su compromiso de estabilidad, conversión de costumbres y obediencia, según el rito antiguo de profesión monástica.

 

Podemos asociar las distintas partes de dicho rito con la Regla de San Benito que seguimos los monasterios benedictinos y cistercienses. Comienza la Regla con la palabra “escucha” (prolg. 1) y sigue en el versículo segundo del Prólogo con la obediencia. Así que la hermana María Ángeles, respondió «sí, quiero” al compromiso de la vida monástica (escrutinio), necesitando la intercesión de todos los santos y santas de Dios (oración litánica) para emitir su voto de obediencia. La promesa de obediencia se realiza doblemente, de forma verbal ante la hermana Ana, priora de la comunidad y por escrito en la cédula de profesión, junto con los otros votos de estabilidad, conversión de costumbres.

 

Finalmente la hermana María Ángeles recibe la bendición del Padre, Hijo y Espíritu Santo y se la viste con la cogulla, que es el hábito de los monjes y monjas.

Esta celebración tan llena de símbolos nos ayuda a todos a profundizar en nuestra fe y seguir a Cristo, llevando a una plenitud vital nuestro bautismo, cada creyente desde su vocación específica.

Con gran alegría, compartimos un ágape y se improvisó un festival de folklore navarro y gallego.

 

Por si no has adivinado de dónde es la hermana María Ángeles, vuelve al principio del post y encontrarás la respuesta en la fecha del día de su profesión.

 

¡¡Se alegra la Iglesia en Dios mi Salvador!!

…Y quién la monta la desmonta. Eso pasó con nuestro órgano que de la capilla hubo que trasladarlo a la iglesia del monasterio, pero bien que mereció el esfuerzo. ¡Aúpa, Patxi!