candelasHoy celebramos la presentación de Jesús en el Templo, el día de las candelas, el día de la luz, de la vibración del ser a través de un niño, Jesús. Ya lo decía Tagore: «cada niño al nacer nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido todavía la esperanza en los hombres».

Y también lo dijo Jesús. Todos somos depositarios, tierra, sedimento de una semilla muy pequeña al nacer: es el grano de mostaza. Semillas del Reino las hay por doquier. Pequeñas, insignificantes y muy sutiles semillas de bendición, de contemplación y de amor. Están esparcidas por todo el mundo, sólo hay que vivir con una mayor atención para descubrirlas. Van a germinar solas, pero hay que cuidarlas y regarlas, y crecerán a su ritmo.

También los Upanishads –textos sagrados hindúes que recogen el proceso de interiorización personal-, nos hablan del grano de mostaza que es el âtman o espíritu del ser humano:

Éste es mi âtman dentro del corazón, más pequeño que un grano de arroz, de cebada o de mostaza, más pequeño que un brote de mijo. Éste âtman dentro del corazón, más grande que la Tierra, más grande que la atmósfera, más grande que el cielo, más grande que estos mundos. Contiene todas las acciones, todos los deseos, todos los olores, todos los sabores, abarca todo esto. Mi âtman dentro del corazón carece de palabras, es indiferente. Cuando parta de aquí, entraré en él. (Ch. Up. III.14)

Que disfrutemos de este día con la bella consciencia de que desde el principio fuimos bendecidos. Riega tu semilla…sé paciente…sonríe.