“Una estrella con su blanca luz, nos conduce hasta Jesús”.

Hoy celebramos la Epifanía del Señor que rigurosamente, su etimología es:   epi =sobre y fanía= manifestación, es decir, el Señor se nos manifiesta como la estrella sobre el portal de Belén. Pero en este día, la liturgia no solo hace referencia al misterio de la manifestación del Señor a los Magos de Oriente, sino también a su manifestación en las aguas del Jordán, en su Bautismo y en las bodas de Canaán, al convertir el agua en vino.

Así lo relata San Bernardo en su Sermón 4º de la Epifanía

Tres son los motivos que nos impulsan a celebrar esta festividad. En este día, una estrella nueva anunció el nacimiento nuevo del rey y guió a tres Magos de Oriente hacia Belén para adorar allí a Cristo. Con sus místicos regalos reconocieron en el oro al rey; en el incienso a Dios y en la mirra al ser humano.

En este mismo día, Cristo Jesús, al cumplir los treinta años, se presentó a Juan el Bautista para practicar la justicia perfecta; no se sometió el menor al mayor, ni el igual al igual, sino el supremo al más pequeño. El esclavo bautizó al Señor; el discípulo al maestro; la criatura de barro a su alfarero; el impuro al puro; el ser humano a Dios.

Un año después, coincidiendo en las mismas fechas según se cree, transformó el agua en vino (…) Con este milagro manifestó su gloria.

 

¡¡ FELIZ AÑO 2018, QUE COMENCEMOS CON LOS OJOS ABIERTOS PARA VER AL SEÑOR !!