Reyes01

“Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría”. ¿Una estrella puede producir alegría? A Abraham le dijeron que su descendencia sería como las estrellas del cielo. Balaam profetizó diciendo que veía avanzar la constelación de Jacob. A los discípulos les dijo Jesús: alegraos de que vuestros nombres estén escritos en el cielo.  Es como si la vida, como despliegue del designio de Dios sobre nosotros, estuviera resumida en la luz del cosmos. De alguna manera, esa estrella luminosa, extinguida hace millones de años, nos habla de una palabra antigua, tan primigenia, que solo podemos escucharla desde lo más adentrado del propio corazón. Por eso los Magos inician una búsqueda pues, por formidable que parezca, lo que somos, lo hemos extraviado. La buena noticia es que cuando el corazón se abre para dejarse encontrar, entonces el universo activa su poderosa capacidad para servir de guía.  Hay “estrellas” que conducen al ser humano hacia la alegría verdadera.

“Y la luminaria mostró su poder en nosotros y expulsó la tiniebla de todas las regiones. La región lúgubre se ha convertido en radiante por la venida de esta luz creadora; el mundo entenebrecido se ha iluminado en la manifestación del rayo del Ser creador del mundo” (de las homilías siriacas de los Padres de la Iglesia).

¡Feliz día de Reyes!