Que este Cirio brille radiante,

llegue hasta Ti como perfume suave,

se confunda con las estrellas del cielo,

 lo encuentre encendido el lucero de la mañana,

 esa estrella que no conoce el ocaso,

que es Cristo tu Hijo Resucitado de la muerte. Amén.

 (del Pregón de la Vigilia Pascual)

 

¡¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA, ALELUYA,

VERDADERAMENTE HA RESUCITADO, ALELUYA, ALELUYA !!