Jabón de Aceites de Caléndula

Descripción

De un pequeño monasterio celta nos llegan estas palabras:

«La flor de la caléndula, dorada como el sol, todo el año alegra nuestra huerta, mirarla cura la vista; recolectar sus pétalos de forma manual y paciente, para después macerar en aceite de oliva y utilizar en el jabón, da a la piel una sensación de plenitud».

Un jabón de nombre Madeleine Delbrêl, en honor a Madeleine Delbrêl, laica y mística francesa del siglo XX, que nos dejó este mensaje desde la realidad de los barrios más pobres de París:

Muchos contemporáneos nuestros tienen poco espacio y poco tiempo libre. Tener poco espacio es una de las condiciones más tremendas de la pobreza en la zonas industriales. Ser pobre en muchas zonas consiste en trabajar en una tarea que no respeta el tiempo que una vida humana necesita para sí misma. Nuestro tiempo tiene sus propios «respiraderos»: a nosotros nos corresponde descubrirlos y utilizarlos.