El pasado día 16 de Noviembre celebrábamos en el orden monástico a Santa Gertrudis de Helfta, monja benedictina –cisterciense del siglo XIII. Y qué mejor día para compartir con nuestras hermanas benedictinas de Trasmañó en Redondela (Pontevedra).

Participamos de la misa y de la mesa en una jornada en la que compartimos nuestra amistad, fraguada desde hace muchos años. Al llegar a Armenteira, desde el monasterio de Alloz (Navarra), las hermanas benedictinas fueron un apoyo muy grande en los inicios de nuestra comunidad y, ahora lo siguen siendo con su vitalidad y cercanía. Todo hay que decirlo, nosotras vendemos sus deliciosas pastas artesanas en la portería.

Pero ¿cómo puede ser una monja, como Gertrudis la Magna, cisterciense  y benedictina a la vez? Pues resulta que la comunidad de Helfta (en la actual Alemania) era de tradición benedictina, pero de modalidad cisterciense o más bien bernardiana. Dicho cenobio nunca fue admitido jurídicamente en la Orden del Císter, pero sus moradoras se inspiraban en los escritos de San Bernardo –también en Guillermo de Sant-Thierry y Elredo de Rieval-, y la influencia del abad de Claraval, era tal en aquella época dentro de la esfera monástica, que muchos monasterios adoptaron el estilo cisterciense y entre ellos, el de Santa Gertrudis.

La comunidad femenina de Helfta contaba con la formación espiritual e intelectual de franciscanos y dominicos y destacó como un círculo avanzado de mística, pues sus monjas vivieron una espiritualidad basada en la humanidad de Cristo. En un ritmo de vida equilibrado entre liturgia, lectio divina, trabajo, fueron descubriendo a un Jesús encarnado en lo cotidiano, desarrollando una intensa vida espiritual, una frescura en el amor comunitario y una gran libertad de corazón (libertas cordis). Hablaban por ejemplo del término  “supletio” o suplencia para explicar que la Gracia de Dios suple nuestra debilidad y Santa Gertrudis la Magna escribía dirigiéndose al Señor

No he leído u oído que hubiera algo preferible a las delicias que por tu gracia conozco que preparaste tú mismo para ti en lo más íntimo de mi ser.

Ellas fueron la inspiración de la mística renana del siglo posterior de conocidas figuras  como el Maestro Eckhart, su discípulo Tauler o Jan van  Ruysbroeck.

…Y a nosotras que también nos sigan inspirando nuestras intrépidas amigas de Trasmañó ¡¡¡¡