Leiretxu2

Zaqueo se subió a la higuera. La higuera simboliza las Escrituras. Desde allí, al igual que le sucedió a Natanael, pudo reconocer quién era Jesús. Pero Jesús le impulsa a descender a lo real, a lo cotidiano, al terreno de la vida diaria que es donde se puede realizar ese descubrimiento interior. Por eso Jesús le dice: “Zaqueo, baja enseguida”, realiza el camino esencial. Ese que siempre es un descenso. Al corazón de ti mismo y descubre, ahí si…ese nombre con el que has sido llamado desde el principio de los tiempos: “en el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías”, dice el salmista…si ese nombre pronunciado por el único que sondea los corazones puede tener acogida real cuando la vida se ha montado alrededor de un falso nombre, de un falso yo. Cuando Jesús pronuncia el nombre de Zaqueo, Zaqueo desciende…y se pone en pie. Recuerda quien es. Y se le hace insoportable el robo, la estafa, su riqueza amasada con injusticia. No lo puede tolerar. Su verdadero nombre no puede contener la codicia. Más aún…su verdadero nombre restaurado por Jesús le impele a restaurar él mismo los nombres de todos a los que pisoteó por ignorancia.