pentecostes

Ayer en Laudes, cantábamos el salmo 50, el conocido como “Miserere”, es un salmo penitencial:

No me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu,

Devuélveme la alegría de la salvación,

afiánzame con espíritu generoso (Sal 50,13-14)

Esta noche nos reuniremos para abrir nuestro corazón a la acción del Espíritu, ese espíritu que es el rostro del Señor, su Presencia, que nos hace experimentar una alegría serena y que nos va afianzando en la vida de fe. Un espíritu generoso y compasivo.

Pentecostés es apertura, mañana en el evangelio los discípulos están con las puertas cerradas, llenos de miedo. Pues nosotras os invitamos a abrir todas las puertas y ventanas, todos los poros de vuestra piel para recibir la gracia espiritual a través de los cantos, de las lecturas, de los silencios, de los signos – 7 velas rojas, son los siete dones del Espíritu Santo-,….,todo está apuntando para abrir nuestro ánimo y nuestro corazón a la experiencia de la unción con Cristo. Ahora sí, en palabras de Thomas Merton hablando sobre la liturgia: estar abiertos significa ser vulnerables.

¿Y quién no ha sentido más de una vez su propia vulnerabilidad? ”Somos terrenos, vulnerables, pero nuestra naturaleza más honda es inmortal” Willigis Jäger.

Así pues,vamos a dejarnos llevar por el ritmo de la celebración…vamos a dejarnos impregnar por el aceite, símbolo del efecto balsámico y sanador del Espíritu en nosotros…será a las 19:00, hoy, aquí.