El final del verano llegó, y con él se terminó la red de voluntarios que nos han estado ayudando durante esta época del año, en la que las tareas del monasterio se multiplican. Pilar de Vigo ha estado colaborando con nosotras durante el mes de Septiembre, pero antes han estado: Pepe de Beluso, Isabel de Lugo, Victoria de Pontevedra y, Tere y Marga de Tudela. Han atendido la tienda, empaquetado jabón, han hecho algún postre rico y puesto una rueda a una puertezuela pesada… Pequeños grandes detalles que a las monjas nos hablan de su dedicación y cariño, y sobre todo de su fidelidad en el trabajo.
Pilar, una mujer menuda, pero de gran dulzura y corazón se llevó su experiencia de silencio, pues coincidió en la hospedería con un grupo que estaba de retiro, practicando el silencio y al final de los días captó muchísimo amor y una comunicación más profunda que si todos los días hubiesen estado hablando.
En ese silencio, nos dejamos envolver por la luz del otoño y las palabras de Merton escritas un 27 de Septiembre de 1958
Es una tarde luminosa ¿Qué voy a hacer? Me dispongo a trabajar con mi mente y mi pluma, mientras tanto el cielo es claro, y en fuerte contraste con él, las nubes son pequeñas, blancas y vaporosas. No voy a ensimismarme en mis libros y apuntes (…) No voy a escribir como quien lo hace llevado por los instintos, sino libremente, porque soy un escritor, porque para mí escribir es pensar y vivir, y en cierta medida, hasta rezar.
¡Gracias, voluntarias y voluntario¡, vuestra colaboración fue en plena medida…rezar
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