BautismoHoy celebramos un momento importante en la vida de Jesús y por tanto también en nuestras vidas: su bautismo en las aguas del Jordán. Celebramos esa revelación directa al corazón: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto» (Mc 1, 7-11) . La vida (la conciencia sobre la vida) de Jesús cambia radicalmente desde ese mismo momento.

Fray Marcos en su homilía nos dice que el bautismo de Jesús supone «una actitud de total sinceridad en busca de su identidad». Y más tarde, en los versos para la meditación y contemplación expresa:

Vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar como una paloma.

Está hablando de una experiencia interior,

que se resume en un momento determinado de la vida de Jesús.

En ese instante Jesús toma conciencia de lo que es.

Ciertamente, ese descubrimiento de Jesús puede ser nuestro propio descubrimiento. Ese instante, ese vislumbre, marcará un antes y un después en nuestras vidas.

Un discípulo de Thomas Merton, James Finley en su libro «El Palacio del Vacío de Thomas Merton» transmite, sin hablar directamente del bautismo, algo similar:

La vida espiritual se ha de seguir con toda seriedad como si no hubiera vida espiritual. Esa es la única forma sana y segura de adentrarse en las aguas profundas del Espíritu. Y de hecho, esa sencillez propia de los niños ante Dios expresa la realidad, que no podemos perder de vista, de que, en verdad, no hay vida espiritual alguna como tal, que se halle separada de la misma vida. Solo hay una vida, y esa es la vida de Dios, que Él nos da momento tras momento, atrayéndonos hacia sí con cada aliento sagrado que tomamos. El propósito de nuestra oración es ayudarnos a encontrar a Dios para que podamos vivir la vida a conciencia y con gratitud, y a través de nuestra presencia, invitar a otros a vivirla igualmente.

Ese es sin duda un gran hallazgo. Nuestra identidad en Dios no puede estar separada de la realidad tal cual es, de la vida sencilla y ordinaria. Nuestra verdad última, pero también próxima, es Dios mismo.

El río que pasa por el monasterio es sonoro y está muy vivo. Casi siempre llueve.