Una mañana de otoño, como cada año, Carlos «el del tractor» nos regaló una caja con membrillos de su huerta. Este año los frutos han venido un poco magullados a causa de las lluvias que nos han acompañado durante toda la primavera. A pesar de su aspecto feucho, el membrillo, bien trabajado, puede transformarse en un dulce exquisito. A nosotras nos gusta hacerlo; es una ocasión más para practicar la concentración y el sosiego. Sí, para que el dulce de membrillo te salga rico es importante que no tengas prisa, que disfrutes de cada tarea del proceso. Si es posible, es más agradable compartir esta actividad con alguien. Puedes hablar o incluso estar en silencio, reposando la atención sobre lo que estás haciendo.

El primer paso será lavar los membrillos y con un trapo quitarles la pelusilla que los recubre. Tienen que quedar lisitos y suaves al tacto.

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Lo siguiente será escaldarlos en agua hirviendo. Lo importante es que observes el momento en que la piel se arruga y se desprende de la pulpa. Un escaldado normal puede requerir entre 3 y 5 minutos pero dependerá de la cantidad de membrillos que hayas puesto en la olla. Nosotras tuvimos que esperar casi 15 minutos!

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Ahora viene la tarea más ardua y clave del proceso: pelar y picar! Antes has tenido que dejar enfriar un poco los membrillos, de otro modo los escaldados serán tus deditos. Si no puedes esperar, otra opción es dejar un recipiente con agua fría cerca y poner las yemas a remojo antes de empezar a pelar. También funciona! En este momento es fundamental quitar todas las zonas ennegrecidas de la pulpa y picar solo la carne blanca. De otro modo, el dulce de membrillo te saldría áspero.

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Para terminar, hay que pesar el membrillo picado y ponerlo a macerar en los mismos kilos de azúcar durante 24 horas. De ese modo, el membrillo extraerá su propio almíbar. Ahora…toca recoger todos los barreños que has utilizado y lavar unos cuantos «tuppers» para tenerlos listos para el día siguiente.

Muy bien…un día más tarde tenemos que poner la olla al fuego y cocer los membrillos (en su propio jugo y sin agua). Cuando estén en su punto, ya se pueden triturar. No…no es necesario que la batidora sea tamaño elefante como la nuestra! A partir de aquí, se trata de remover el puré con un palo de madera  (nosotras utilizamos un remo!) para que no se pegue.  Sabrás que está listo cuando adquiera un color dorado…o cuando metas el dedito y digas…mmmm!!!

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Cuando el membrillo aún está caliente es el momento de rellenar los tuppers que hayas preparado. Nosotras siempre buscamos varios tamaños. A veces es agradable tener un envase pequeño para tener un pequeño detalle con alguien.

membrillo09Ya solo queda ponerle la fecha…y no tardar demasiado en probarlo. Si le añades a este sabroso postre un trocito de queso ¡fabuloso! Nosotras tuvimos la suerte de combinarlo con un queixiño da terra.

Sí…el otoño es más agradable cuando te implicas en él. Cuando lo sientes…y saboreas!