No se trata de un jardín japonés, sino del cerezo que ilumina el pequeño huerto de la hospedería que con sus flores blancas hace brotar  la alegría de la Pascua.

En la liturgia bizantina, Olivier Clément nos comparte este texto pascual

¡Día de la Resurrección! Resplandezcamos de alegría y abracémonos unos a otros. Llamemos hermanos incluso a quienes nos odian.

Y  también los versos de Simeón el Nuevo Teólogo, monje hesicasta del siglo X,  que en la mística más profunda escribió en uno de sus himnos

Sé que no moriré

pues estoy dentro de la vida

y tengo toda la vida

que brota dentro de mí.

¡CRISTO HA RESUCITADO!

¡EN VERDAD, HA RESUCITADO!