Hoy decimos adiós al Congreso Internacional de la Camelia pero todos los camelios de las Rías Baixas siguen esplendorosos, no se despiden, se mantienen vivamente intensos en nuestros jardines, en los paseos, también en nuestro claustro. Este breve y valioso documental nos permitirá guardar en la retina lo que estas flores nos expresan, cuando se vaya el invierno. Nuestra participación en él fue muy grata, como lo es todo lo que contribuye a ensalzar la gratuidad de la naturaleza.
El Congreso también fue ocasión de dar a conocer nuestros productos y de hacer estimables contactos; Antonio y Lola de la Universidad de Córdoba nos abrieron los ojos sobre la posibilidades del aceite de borraja!
La venta fue buena 🙂 y nuestras mejores compradoras fueron las australianas! Lamentablemente tuvieron que rehusar llevar unas preciosas cestas decoradas con semillas de camelia. Esta terminantemente prohibido introducir semillas en el país!
La relación con el resto de «feriantes» fue muy amena y agradable. Sus obras, fantásticas. Las joyas en esmalte de Pilar y Tony de Obradoiro Hedra, en porcelana pigmentada de Miguel Santamaría, en conchas de Montse Betanzos, los trabajos pictóricos de Amelia Vázquez Palacios, los esmaltes de Hernández y los diseños en torno a la camelia en madera y cristal de Mercedes…realmente la camelia incita al arte.
Y en medio de todo el barullo, la ponencia de nuestra hermana Paula sobre el proceso de fabricación en frío del jabón de camelia!
Como ya os habíamos adelantado, algunos datos, menos científicos, cautivaron a la audiencia…
…y como despedida…el rosetón gótico iluminado del Monasterio, asemejando un mandala o una…camelia!
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