Nos ha llegado una sencilla bendición de la mesa, para la cena de Nochebuena,pues no solo celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, sino también que va creciendo dentro de nosotros. Así lo expresa Isaac de Estella, un monje cisterciense del s. XII
Que el Hijo de Dios crezca en ti, pues se configura en ti.
Que se haga inmenso en ti, y se convierta en una gran sonrisa y
exultación y gozo perfecto.
Bendición de la mesa en Nochebuena
En el centro de la mesa se colocará una vela apagada
La madre de la casa comienza:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Esta es la noche en la que los creyentes celebramos el Nacimiento del Hijo de Dios por mediación de la Virgen María. Jesús nació en Belén y ese es el motivo de reunirnos esta noche.
El hijo mayor lee:
«Había en la misma comarca unos pastores que dormían al raso y vigilaban, por turnos, durante la noche, su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios»». (Lc 2, 8-14)
Los comensales responden:
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres.
El padre de la casa lee:
Dios Padre, en esta noche en la que celebramos el nacimiento de tu Hijo, derrama tu bendición sobre esta comunidad ( o familia), que todos acojamos en nuestra vida el regalo de Belén.
Señor bendice estos alimentos con los que celebramos el Misterio de Navidad. Danos el hambre espiritual para buscar saciarnos en Ti.
El hijo pequeño enciende la vela.
La madre de la casa concluye:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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