El día 29 de diciembre de 2024, celebramos el 25 aniversario de profesión monástica de la hermana Paula. Fue una ceremonia sencilla, a la hora de Sexta, el mismo día que la Liturgia de la Iglesia celebraba el domingo de la Sagrada Familia. Y sí, aquí estuvo la «gran familia» de la hermana Paula: sus padres, hermanos y sus innumerables sobrinos, así como la Fraternidad de laicos de Armenteira y amistades.
Compartimos sus palabras finales de gozo y agradecimiento por su llamada monástica, la comunidad de hermanas y tanta belleza como se experimenta en el monasterio.
25 años de profesión monástica para una síntesis de cinco minutos.
Por cinco minutos estoy en el monasterio. La primera vez que llamé, para venir, me dice la superiora: “vamos a empezar obras en el claustro, pero como no me ha llamado el arquitecto, puedes venir”. A los cinco minutos le llamó el arquitecto para empezar las obras. Pero yo ya tenía permiso para ir. Tan pocos minutos pueden cambiar una vida.
Gracias por venir a celebrar con nosotras, porque celebrar es reconocer, agradecer y sobre todo honrar la vida. Honrar estos 25 años que han transcurrido entre una llamada a seguir a Jesús y un salmo.
La llamada a seguir a Jesús se fue fraguando en una fe transmitida y vivida en familia. Dice San Pablo a Timoteo: “tú permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste, sabiendo de quien lo has aprendido, y que desde la infancia conoces las Sagradas Escrituras, que te guiarán a la salvación por medio de la fe en Jesucristo” (2Tim 3,14)
Siempre me he sentido muy identificada con este texto, con eso de que conoces las Escrituras desde pequeña, y me han llevado a una vida de fe en Cristo. Desde entonces hasta hoy. Hasta este hoy en el que me siento como dice el Salmo 4, 8:
pero tú Señor has puesto en mi corazón más alegría,
que si abundara en trigo y en vino.
Los días han transcurrido entre la cita de San Pablo y el salmo 4 como en la leyenda de San Ero. Yo siempre he dicho que no es una leyenda, que es verdad, pues cual canto del pajarito, al llegar al monasterio, escuché el salmo 15,11 y han pasado 25 años, durante los cuales, el Señor:
me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. Salmo 15, 11
No hay más vida que la vida en la Palabra de Dios y yo soy testigo de ello. Una Palabra que me ha traído hasta este momento, con mis hermanas y desde donde cada día siento más cerca a Dios, por todas partes.
Gracias por acompañarme ahora y siempre.
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