confianza

El hermano Roger de Taizé, en su «carta inacabada» anterior a su muerte escribió:

Para quien busca amar en la confianza, la vida se llena de una belleza serena.

Pero ¿cómo vivir en la confianza cuando quizás nuestra vida esté sembrada de decepciones, de fracasos? ¿cómo participar de esa belleza serena si sentimos que nuestro corazón se encuentra cerrado y envuelto en temor?

En momentos así nos hacemos conscientes de que anhelamos algo. Algo que es genuinamente nuestro: la prístina apertura, la sencilla confianza, la intimidad con la vida…pero que en algún momento perdimos u olvidamos en lo más remoto de nuestra conciencia.

Estas palabras de Osho nos pueden ayudar a comprender:

Sigues echando de menos algo, algo que sabes qué es pero que has olvidado. Un recuerdo borroso, perdido y el hueco no solo es un hueco, es una herida, duele. Porque tú, al nacer, trajiste algo al mundo y lo has perdido en alguna parte y parece imposible volver a encontrarlo de nuevo en este universo abarrotado. Pero, a menos que lo encuentres, tu vida habrá sido en vano; una desgracia, un sufrimiento, un fútil anhelo, un deseo sin sentido, una sed que sabes no puede ser apagada. Éste es el mayor crimen que comete la sociedad contra todo niño, ningún otro crimen puede ser mayor. Destruir la confianza de un niño es destruir su vida entera, porque la confianza es tan valiosa que en el momento que la pierdes también pierdes contacto con todo tu ser. La confianza es el puente entre tú y la existencia. La confianza es la forma más pura de amor.

Entonces, esa confianza, ese puente que quizás haya sido derrumbado ¿se puede restaurar? ¿puede el ser humano recuperar su capacidad de amar desde la confianza llenando su vida de una belleza serena?

Nos responde el hermano Roger:

En el corazón de cada uno, aún hoy susurra (Jesucristo): «No te dejaré nunca solo, te enviaré al Espíritu Santo. Incluso si estás en lo hondo de la desesperación, me tienes cerca de ti.»

Acoger el consuelo del Espíritu Santo es buscar, en el silencio y la paz, abandonarnos en él. Entonces, incluso si se producen graves acontecimientos, se hace posible superarlos.

Leire y sus amigos despidieron el verano desde Plencia en la provincia de Vizcaya. Aunque son pequeños ya empiezan el cole. Todo un mundo para ellos y para sus padres. Sin duda la confianza les hará de puente.