Evarista2

En la eucaristía de esta mañana hemos vibrado de un modo muy vital, al unirnos al dolor de nuestros 400 hermanos africanos que han muerto al querer alcanzar Italia, al querer alcanzar  la dignidad como personas y, buscando la vida, la han perdido. El blanco del tiempo pascual se ha teñido de negro.

Javier Melloni, en su libro El Cristo interior dice

El mundo está atravesado por dos polos: por un lado, padecemos interrupciones, opacidades, absurdos, dolor y muerte,y, por otro  se nos dan experiencias de luz, sentido, gozo y acabamiento(…) Cristo está aquí, permaneciendo en todo ello hasta el acabamiento de este desarrollo, sosteniéndolo todo desde el interior y atrayéndolo desde el final en colaboración con la dynamis del Espíritu

No tenemos preguntas ni respuestas ante un drama semejante, pero sí somos testigos de que Cristo ha muerto ahogado  en el mar y de que  resucitará ¿cómo?. Concédete un espacio de silencio orante…, deja que surjan en tu interior rostros de color, rostros de dolor y abrázalos amorosamente. Tú los sostienes, Cristo los sostiene a través de ti. Y ahora abraza amorosamente la realidad que tienes ante ti, como nos cuenta el pensador norteamericano Ken Wilber:

las montañas están surgiendo en tu conciencia: están surgiendo en ti, y tú estás amorosamente sosteniendo las montañas en tu consciencia, sosteniendo el mundo que surge en tu abrazo como el querido y radiante amado

El mundo, las montañas, las lágrimas ante la muerte… todo puede ser acogido en nuestro interior. Así lo vive nuestro capellán, el padre Julio Wais del monasterio de Sobrado de los monjes, que fue misionero durante veintitres años en Camerún y que lleva al pueblo africano en su corazón. Y nuestra hermana Evarista, del monasterio cisterciense de Huambo, en Angola, que acaba de llegar a Armenteria para pasar un tiempo entre nosotras y que le encantan las flores.